En el derecho sucesorio español, la masa hereditaria se divide en tres tercios: el tercio de la legítima, el tercio de mejora y el de libre disposición.
- El tercio de la legítima, es la parte de bienes de la herencia de la que el testador no puede disponer libremente, ya que la ley reserva este tercio a los llamados herederos forzosos, que son:
- Los hijos y descendientes respecto de sus padres y ascendientes.
- A falta de los anteriores, los padres y ascendientes respecto de sus hijos y descendientes.
- El cónyuge viudo.
El testador no podrá privar a los herederos de su legítima, exceptuando las causas de desheredación expresamente determinados por la ley.
- El tercio de mejora, con el que se puede mejorar a los herederos forzosos.
- Con el tercio de libre disposición, el testador podrá hacer lo que tenga por conveniente, y dejárselo a quien decida libremente, sea familiar o no.
¿CÓMO PROTEGER AL CÓNYUGE VIUDO?
Para que el cónyuge viudo no quede desprotegido, se deberá hacer testamento ya que si no:
- No heredaría ningún bien en propiedad, sino tan solo en usufructo. La persona que tiene el usufructo de un bien es poseedor de la cosa, pero no su dueño. El alcance de este usufructo viudal dependerá de los herederos forzosos con los que concurra a la herencia, por lo que:
- Si concurre con hijos y descendientes, el cónyuge viudo tendrá derecho al usufructo de 1/3 de la herencia.
- En caso de concurrir con padres o ascendientes, el usufructo alcanzará a la 1/2 de la herencia.
- Y cuando no concurra ni con unos ni con otros, el usufructo viudal se extenderá sobre 2/3 de la herencia.
- Se trataría de un usufructo vitalicio, es decir, durará toda la vida del cónyuge viudo, salvo que los herederos decidan «conmutarlo» (cambiarlo) por dinero o por otros bienes aunque se oponga el cónyuge viudo.
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